Los acontecimientos que darían el impulso final a la intervención norteamericana de 1916 fueron:
• El impasse que tuvo el gobierno de Juan Isidro Jimenes con los Estados Unidos, al no querer aceptar algunas de las medidas que pretendían hacerle asumir (entre ellas, la aprobación expresa del contralor norteamericano).
• Levantamiento de generales horacistas en el norte.
• La ocupación militar norteamericana de Haití en 1915.
• Aumento del poder de Desiderio Arias, quien siendo secretario de Guerra y Marina se rebeló contra Jimenes en abril de 1916.
En mayo de 1916 comienza el desembarco de marinos norteamericanos. El 16 de mayo tomaron Santo Domingo, y a finales de julio los principales puestos militares del país estaban en sus manos. El 29 de noviembre de 1916 el Capitán H. S. Knapp publicó la proclama oficial de la ocupación.
Medidas del Gobierno militar norteamericano en la República Dominicana
Control militar y policial
Rentas Internas, contabilidad y registro de tierras
En 1918 fue creada la Dirección General de Rentas Internas, con el propósito de regular la aplicación y el cobro de los impuestos a la producción manufacturera nacional. También se incorporó un moderno sistema de contabilidad pública, y otro para el registro de tierras.
Obras públicas
La necesidad de tener un mayor control militar sobre el país hizo que las autoridades interventoras desarrollan un plan de construcción de carreteras que comunicara las distintas regiones y que facilitara una real unificación política del país. En 1922 se inauguró la carretera Duarte entre las ciudades de Santo Domingo y Santiago. La carretera hacia el este se llevó desde Santo Domingo hasta San Pedro de Macorís, mientras que la que va hacia el sur se prolongó desde la Capital hasta Azua. Esta red fue completada poco tiempo después de finalizada la ocupación, y había sido planeada e iniciada en la época de la presidencia de Ramón Cáceres.
Otras obras consistieron en el acondicionamiento de muelles y edificios de aduanas, el establecimiento de un sistema de telecomunicaciones y edificaciones educativas y sanitarias.
Educación
Se estima que para 1916 más del 90% de la población dominicana era analfabeta.
Una de las primeras disposiciones del gobierno de ocupación fue la promulgación de una ley que establecía la obligatoriedad y gratuidad de la educación primaria para los niños de 7 a 14 años, y la creación del Consejo Nacional de Educación, encargado de la supervisión general de la instrucción pública. Se instalaron numerosos planteles escolares primarios en las zonas rurales.
En contrapartida, se le prestó escasa atención a la educación secundaria, se cerró la Universidad de Santiago y se dio categoría de instituto a la Universidad de Santo Domingo.
Salud pública y sanidad
• Limpieza de las ciudades y pueblos, de mercados y mataderos, instalación de letrinas.
• Creación de la Secretaría de Estado de Sanidad y Beneficencia.
• Creación de un Laboratorio Nacional.
• Regulación de la práctica médica, farmacéutica y oficios afines.
• Ejecución de programas de vacunación.
• Control de la preparación y venta de alimentos.
• Prohibición de la prostitución.
• Llegada de profesionales de la salud de Estados Unidos y Puerto Rico. De acuerdo a las autoridades de ocupación, en 1917 apenas ejercían en República Dominicana 95 doctores y licenciados, muchos de los cuales presentaban muy mala preparación.
• Construcción de tres hospitales.
“Danza de los Millones”. La Primera Guerra Mundial ocasionó un aumento de la demanda de azúcar de caña, tabaco, café y cacao dominicanos, elevando el precio de estos productos en el mercado internacional. La mayor capacidad de compra de los dominicanos produjo a su vez un incremento de la demanda de artículos manufacturados importados, e incidió en el incipiente proceso de urbanización y modernización que experimentaron –junto con la ciudad de Santo Domingo– pueblos como Santiago, La Vega, San Pedro de Macorís y Puerto Plata. A esta efervescencia económica vivida en especial entre 1918 y 1921 se le conoce como la “Danza de los Millones”.
Llegó a su fin en 1921, con la caída estrepitosa de los precios de los productos dominicanos en el mercado internacional, lo que sumió al país en una nueva crisis.
Nuevos empréstitos. Es importante hacer notar que las inversiones realizadas por el gobierno de ocupación se sustentaron, de una parte, en los fondos de las aduanas que le correspondían al Gobierno dominicano y que habían sido retenidos por las autoridades estadounidenses como mecanismo de presión desde el impasse con el presidente Jimenes; y, de otra, en nuevos préstamos autorizados por el Departamento de Estado bajo el escudo de la Convención de 1907. De esta suerte, para 1922, la deuda de la República Dominicana ascendía a casi 15,000,000 de dólares.
Los líderes políticos y hombres de negocio dominicanos manifestaron su desacuerdo, alegando que un gobierno extranjero no tenía derecho a endeudar al país.
Resistencia
Gavilleros
A pesar de la censura y el desarme, hubo un reducto de rebeldes que se mantuvo contra la autoridad extranjera. Los “gavilleros” operaban al este del país y estaban conformados, en gran medida, por campesinos que habían sido despojados de sus tierras durante el apogeo de la industria azucarera de gran capital extranjero, iniciado a finales del siglo XIX e incentivado en los primeros quince años del siglo XX. Se escondían en las zonas montañosas y atacaban mediante el método de la guerra de guerrilla, contando para ello con la colaboración del grueso de la población de la región e incluso con la de los propios administradores de los ingenios que, a fin de evitar la quema o asalto de sus campos, bodegas y bateyes, les suministraban dinero y comida.
Sólo pudieron ser afectados seriamente cuando las operaciones en su contra contaron con el concurso de los soldados dominicanos de la Guardia Nacional. En 1922 aceptaron una amnistía general ofrecida por el gobierno de ocupación bajo el entendido de que se instauraría el Gobierno Provisional dominicano acordado en el Plan Hughes-Peynado de ese año.
Sus líderes más importantes fueron Vicente Evangelista, Ramón Natera, Martín Peguero, José Piña, Luciano Reyes, Pedro Tolete, Marcial Guerrero y Félix Laureano.
Resistencia cívica
Tuvo un carácter urbano y se estructuró sobre la base de las distintas iniciativas de la clase intelectual dominicana que expresaba su preferencia por un país libre con revoluciones a un país ocupado con una paz impuesta.
• Campaña realizada por el ex presidente de la República Francisco Henríquez y Carvajal. Viajó por varios países de América Latina denunciando la ocupación, la falta de libertades, la censura, las cortes militares de justicia y las torturas que sufrían los dominicanos. En 1919 fundó una Comisión Nacionalista Dominicana que operaba en Washington y que pretendía que el Departamento de Estado de los Estados Unidos modificara su política en el país y nombrara un Junta Consultiva que preparara las leyes para asegurar la transición a un nuevo gobierno civil dominicano.
• Campaña de los líderes obreros dominicanos ante la Federación Americana del Trabajo, la cual exigió al presidente de los Estados Unidos una rectificación de su política en Santo Domingo.
• Creación de la Unión Nacional Dominicana en 1920. Presidida por Don Emiliano Tejera, exigía la “desocupación pura y simple”. La integraban Américo Lugo, Fabio Fiallo, Pelegrín Castillo, Enrique Apolinar Henríquez, Max Henríquez Ureña, César Tolentino y muchos otros.
La defensa del restablecimiento de la soberanía dominicana se expresó a través de distintas manifestaciones culturales: discursos, libros, cartas, obras de teatro, editoriales. Hasta los juegos de béisbol celebrados entre dominicanos y equipos formados por los marines norteamericanos sirvieron para canalizar el rechazo a la autoridad opresora.
Plan Hughes-Peynado, 1922. La crisis económica desencadenada en 1921, las campañas a escala nacional e internacional en contra de la intervención, y la elección de un nuevo presidente norteamericano favorable a la salida de las tropas de ocupación, propiciaron la celebración de este acuerdo que sentó las bases para la vuelta a la vida independiente de la República Dominicana. Se llamó así en virtud de los nombres de los negociadores: Francisco J. Peynado, por la parte dominicana, y el secretario de Estado Charles Evans Hughes, por los Estado Unidos. El mismo estipulaba:
• Instalación de un Gobierno Provisional electo por los principales líderes políticos dominicanos y el Arzobispo de Santo Domingo.
• Preparación y organización de elecciones por parte del mencionado Gobierno Provisional.
• Reconocimiento de los actos legales del gobierno militar que hubiesen creado derecho a favor de terceros.
• Reconocimiento de la validez de las emisiones de bonos de los empréstitos contratados durante los años de ocupación.
• Reconocimiento de las tarifas aduaneras establecidas por el gobierno militar en 1919 y que favorecían a más de 945 productos estadounidenses.
• Vigencia de la Convención Domínico-Americana de 1907 hasta que la República Dominicana terminara de pagar su deuda externa, quedando por tanto los norteamericanos en control de las aduanas y con el derecho de autorizar o no cualquier futuro endeudamiento público del país.
Juan Bautista Vicini Burgos asumió como presidente provisional en el mes de octubre de 1922, y las elecciones constitucionales fueron celebradas el 15 de marzo de 1924, resultando electo el candidato Horacio Vásquez por el Partido Nacional. En agosto de ese mismo año concluyó la evacuación del ejército de ocupación.
Actividades.
Realiza un esquema con las medidas tomadas durante la
intervención norteamericana
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