sábado, 31 de octubre de 2015

miércoles, 28 de octubre de 2015

Primera invasión norteamericana (8vo.)



Los acontecimientos que darían el impulso final a la intervención norteamericana de 1916 fueron:

•  El impasse que tuvo el gobierno de Juan Isidro Jimenes con los Estados Unidos, al no querer aceptar algunas de las medidas que pretendían hacerle asumir (entre ellas, la aprobación expresa del contralor norteamericano).
•  Levantamiento de generales horacistas en el norte.
•  La ocupación militar norteamericana de Haití en 1915.
•  Aumento del poder de Desiderio Arias, quien siendo secretario de Guerra y Marina se rebeló contra Jimenes en abril de 1916.

En mayo de 1916 comienza el desembarco de marinos norteamericanos. El 16 de mayo tomaron Santo Domingo, y a finales de julio los principales puestos militares del país estaban en sus manos. El 29 de noviembre de 1916 el Capitán H. S. Knapp publicó la proclama oficial de la ocupación.

Medidas del Gobierno militar norteamericano en la República Dominicana


Control militar y policial


A fin de sustituir a las antiguas fuerzas armadas agrupadas en la Marina de Guerra y en la Guardia Republicana del período de Ramón Cáceres, los interventores instauraron en 1917 la Guardia Nacional, organismo de represión cuya finalidad era combatir de manera eficiente cualquier intento de sedición. Los dominicanos que integraron sus filas eran casi todos de extracción humilde o desempleados, y fueron entrenados según los reglamentos de la Infantería de Marina de los Estados Unidos, de la que terminaron convirtiéndose en una especie de prolongación. Es de este “cuerpo del orden”, luego nombrado Policía Nacional y convertido posteriormente en Ejército Nacional, de donde emergería la figura del dictador Rafael Leonidas Trujillo.

Rentas Internas, contabilidad y registro de tierras


En 1918 fue creada la Dirección General de Rentas Internas, con el propósito de regular la aplicación y el cobro de los impuestos a la producción manufacturera nacional. También se incorporó un moderno sistema de contabilidad pública, y otro para el registro de tierras.

Obras públicas


La necesidad de tener un mayor control militar sobre el país hizo que las autoridades interventoras desarrollan un plan de construcción de carreteras que comunicara las distintas regiones y que facilitara una real unificación política del país. En 1922 se inauguró la carretera Duarte entre las ciudades de Santo Domingo y Santiago. La carretera hacia el este se llevó desde Santo Domingo hasta San Pedro de Macorís, mientras que la que va hacia el sur se prolongó desde la Capital hasta Azua. Esta red fue completada poco tiempo después de finalizada la ocupación, y había sido planeada e iniciada en la época de la presidencia de Ramón Cáceres.

Otras obras consistieron en el acondicionamiento de muelles y edificios de aduanas, el establecimiento de un sistema de telecomunicaciones y edificaciones educativas y sanitarias.

Educación


Se estima que para 1916 más del 90% de la población dominicana era analfabeta.

Una de las primeras disposiciones del gobierno de ocupación fue la promulgación de una ley que establecía la obligatoriedad y gratuidad de la educación primaria para los niños de 7 a 14 años, y la creación del Consejo Nacional de Educación, encargado de la supervisión general de la instrucción pública. Se instalaron numerosos planteles escolares primarios en las zonas rurales.

En contrapartida, se le prestó escasa atención a la educación secundaria, se cerró la Universidad de Santiago y se dio categoría de instituto a la Universidad de Santo Domingo.

Salud pública y sanidad
•  Limpieza de las ciudades y pueblos, de mercados y mataderos, instalación de letrinas.
•  Creación de la Secretaría de Estado de Sanidad y Beneficencia.
•  Creación de un Laboratorio Nacional.
•  Regulación de la práctica médica, farmacéutica y oficios afines.
•  Ejecución de programas de vacunación.
•  Control de la preparación y venta de alimentos.
•  Prohibición de la prostitución.
•  Llegada de profesionales de la salud de Estados Unidos y Puerto Rico. De acuerdo a las autoridades de ocupación, en 1917 apenas ejercían en República Dominicana 95 doctores y licenciados, muchos de los cuales presentaban muy mala preparación.
•  Construcción de tres hospitales.

“Danza de los Millones”. La Primera Guerra Mundial ocasionó un aumento de la demanda de azúcar de caña, tabaco, café y cacao dominicanos, elevando el precio de estos productos en el mercado internacional. La mayor capacidad de compra de los dominicanos produjo a su vez un incremento de la demanda de artículos manufacturados importados, e incidió en el incipiente proceso de urbanización y modernización que experimentaron –junto con la ciudad de Santo Domingo– pueblos como Santiago, La Vega, San Pedro de Macorís y Puerto Plata. A esta efervescencia económica vivida en especial entre 1918 y 1921 se le conoce como la “Danza de los Millones”.

Llegó a su fin en 1921, con la caída estrepitosa de los precios de los productos dominicanos en el mercado internacional, lo que sumió al país en una nueva crisis.

Nuevos empréstitos. Es importante hacer notar que las inversiones realizadas por el gobierno de ocupación se sustentaron, de una parte, en los fondos de las aduanas que le correspondían al Gobierno dominicano y que habían sido retenidos por las autoridades estadounidenses como mecanismo de presión desde el impasse con el presidente Jimenes; y, de otra, en nuevos préstamos autorizados por el Departamento de Estado bajo el escudo de la Convención de 1907. De esta suerte, para 1922, la deuda de la República Dominicana ascendía a casi 15,000,000 de dólares.

Los líderes políticos y hombres de negocio dominicanos manifestaron su desacuerdo, alegando que un gobierno extranjero no tenía derecho a endeudar al país.

Resistencia
Gavilleros


A pesar de la censura y el desarme, hubo un reducto de rebeldes que se mantuvo contra la autoridad extranjera. Los “gavilleros” operaban al este del país y estaban conformados, en gran medida, por campesinos que habían sido despojados de sus tierras durante el apogeo de la industria azucarera de gran capital extranjero, iniciado a finales del siglo XIX e incentivado en los primeros quince años del siglo XX. Se escondían en las zonas montañosas y atacaban mediante el método de la guerra de guerrilla, contando para ello con la colaboración del grueso de la población de la región e incluso con la de los propios administradores de los ingenios que, a fin de evitar la quema o asalto de sus campos, bodegas y bateyes, les suministraban dinero y comida.

Sólo pudieron ser afectados seriamente cuando las operaciones en su contra contaron con el concurso de los soldados dominicanos de la Guardia Nacional. En 1922 aceptaron una amnistía general ofrecida por el gobierno de ocupación bajo el entendido de que se instauraría el Gobierno Provisional dominicano acordado en el Plan Hughes-Peynado de ese año.

Sus líderes más importantes fueron Vicente Evangelista, Ramón Natera, Martín Peguero, José Piña, Luciano Reyes, Pedro Tolete, Marcial Guerrero y Félix Laureano.

Resistencia cívica


Tuvo un carácter urbano y se estructuró sobre la base de las distintas iniciativas de la clase intelectual dominicana que expresaba su preferencia por un país libre con revoluciones a un país ocupado con una paz impuesta.

•  Campaña realizada por el ex presidente de la República Francisco Henríquez y Carvajal. Viajó por varios países de América Latina denunciando la ocupación, la falta de libertades, la censura, las cortes militares de justicia y las torturas que sufrían los dominicanos. En 1919 fundó una Comisión Nacionalista Dominicana que operaba en Washington y que pretendía que el Departamento de Estado de los Estados Unidos modificara su política en el país y nombrara un Junta Consultiva que preparara las leyes para asegurar la transición a un nuevo gobierno civil dominicano.

•  Campaña de los líderes obreros dominicanos ante la Federación Americana del Trabajo, la cual exigió al presidente de los Estados Unidos una rectificación de su política en Santo Domingo.

•  Creación de la Unión Nacional Dominicana en 1920. Presidida por Don Emiliano Tejera, exigía la “desocupación pura y simple”. La integraban Américo Lugo, Fabio Fiallo, Pelegrín Castillo, Enrique Apolinar Henríquez, Max Henríquez Ureña, César Tolentino y muchos otros.

La defensa del restablecimiento de la soberanía dominicana se expresó a través de distintas manifestaciones culturales: discursos, libros, cartas, obras de teatro, editoriales. Hasta los juegos de béisbol celebrados entre dominicanos y equipos formados por los marines norteamericanos sirvieron para canalizar el rechazo a la autoridad opresora.


Plan Hughes-Peynado, 1922. La crisis económica desencadenada en 1921, las campañas a escala nacional e internacional en contra de la intervención, y la elección de un nuevo presidente norteamericano favorable a la salida de las tropas de ocupación, propiciaron la celebración de este acuerdo que sentó las bases para la vuelta a la vida independiente de la República Dominicana. Se llamó así en virtud de los nombres de los negociadores: Francisco J. Peynado, por la parte dominicana, y el secretario de Estado Charles Evans Hughes, por los Estado Unidos. El mismo estipulaba:

•  Instalación de un Gobierno Provisional electo por los principales líderes políticos dominicanos y el Arzobispo de Santo Domingo.
•  Preparación y organización de elecciones por parte del mencionado Gobierno Provisional.
•  Reconocimiento de los actos legales del gobierno militar que hubiesen creado derecho a favor de terceros.
•  Reconocimiento de la validez de las emisiones de bonos de los empréstitos contratados durante los años de ocupación.
•  Reconocimiento de las tarifas aduaneras establecidas por el gobierno militar en 1919 y que favorecían a más de 945 productos estadounidenses.
•  Vigencia de la Convención Domínico-Americana de 1907 hasta que la República Dominicana terminara de pagar su deuda externa, quedando por tanto los norteamericanos en control de las aduanas y con el derecho de autorizar o no cualquier futuro endeudamiento público del país.



Juan Bautista Vicini Burgos asumió como presidente provisional en el mes de octubre de 1922, y las elecciones constitucionales fueron celebradas el 15 de marzo de 1924, resultando electo el candidato Horacio Vásquez por el Partido Nacional. En agosto de ese mismo año concluyó la evacuación del ejército de ocupación.


Actividades.
Realiza un esquema con las medidas tomadas durante la
intervención norteamericana  


miércoles, 21 de octubre de 2015

La Reconquista (3ro. de media)


Actividades: Analiza el video y envia el informa a mas tardar el viernes antes de las 9 de la noche

Palma Sola (4to. de media)



Actividades: Analiza el video y realiza un informe, luego envialo a los canales correspondientes antes del viernes a las 9 de la noche

La Momia (1ro. de media)


Actividades: Busca la pelicula completa de La Momia I y analiza sobre los datos que esta te arroja sobre las creencias del antiguo egipto, sus tradiciones, cultura, religion, etc.

La Civilizacion Indu (1ro. de media)


Actividades: Analiza el video y prepara un informe

Las Civilizaciones fluviales (1ro. de media)











Actividades: Analiza los vídeos y realiza un informe y envíalo por los canales establecidos

sábado, 17 de octubre de 2015

LA HERENCIA EN LA CULTURA DOMINICANA


A raíz de la conquista de América hubo un proceso de colonización en la historia dominicana que se manifestó dentro de un patrón eminentemente prejuiciado, primero con la desindianización de la cultura aborigen, después contra el negro africano, dos etnias marginadas por una discriminación racial que ocultaba otra más poderosa, la social. También una transculturación europea para establecer la cultura europea occidental mediante la implantación de la lengua o el idioma y las demás expresiones socio- culturales de los españoles conquistadores.

En este proceso se desató una opresión esclavista, que explotó a la población nativa y también a la negra. Y así modificó su estilo de vida e impuso un nuevo orden para lo cual utilizó el empleo desgraciado del látigo, la tortura y la horca.

Fruto de ello, crecieron la rebeliones y alzamientos de los indios y los negros, quienes se vieron forzados a la huida hacia los montes para escapar a un lugar donde se vieran libres de opresión y castigo.
En su escondite floreció la llamada cultura cimarrona como expresión de una resistencia a los nuevos valores establecidos por los españoles y como ratificación de los valores propios, salvaguardando así su cultura, sus rasgos entrañables de su hacer y sentir .En suma, sus valores, su libertad e integridad.
Constituyendose el cimarronaje, sobre todo en el siglo XVI, en un vehículo que sirvió de encuentro de tres culturas diferentes : la india, la africana y la española. Esas tres culturas se conjugaron para formar una nueva e idéntica : la cultura cimarrona.
Entonces el cimarronaje no fue solo una vía de escape, sino una forma de rebelión, y por consecuencia de subsistencia, de libertad y conservación de los rasgos distintivos culturales propios.

La intensa relación o contacto de los españoles y negros esclavos con nuestros primeros pobladores los indios tainos no duro en nuestra isla mas de 50 años. Lo que significó que su impacto fuera limitado en la cultura indígena.

Dentro de una dimensión justa y apropiada, lo indígena no debe de exagerarse en nuestra cultura, pues factores de orden genéticos explican el mayor peso de la cultura europea y africana en el surgimiento de la nuestra.

Lo que si es justo señalar es lo sorprendente de la persistencia de ciertas herencias culturales indígenas, a pesar del corto tiempo de contacto. Empero es en el campo económico donde puede advertirse un continuo impacto de la cultura aborigen a través del tiempo, impacto que ha ido perdiendo importancia.

Así vemos como la cultura aborigen nos legó como herencia la producción artesanal de confección manual y de escaso desarrollo tecnológico, también el conuco, que se caracteriza por el cultivo simultaneo de varios productos en una misma zona , el uso del casabe, alimento duradero que significó la salvación de los españoles en su regreso a su viejo continente, pues estos carecían de alimentos duraderos, así como el uso de nuevo sistema de pesca con nasa y corrales etc. Es indiscutible que la yuca y su industrialización vía el casabe representan el aporte más importante de la agricultura taina a la dieta dominicana hasta nuestros dias.
Sin dudas, los mecanismos de subsistencia traídos por el español fracasaron parcialmente y fueron los métodos indígenas los que permitieron que los primeros hispanos adoptaran formas desconocidas en España, como las antes mencionadas .

Esto demostró que a diferencia de lo que creían los españoles, los indios tenían su cultura que se expresaba en la preparación de sus alimentos, en su religión, en sus artes y en todo un mundo que era producto de su trabajo frente a la naturaleza.

La cultura dominicana es un mosaico de influencias de otras culturas, por ejemplo el impacto sobre las artes y las letras dominicanas sobre temas indigenistas es significativo, basta con mencionar a Manuel de Jesús Galván y su novela “Enrriquillo”, Javier AnguloGuridi y su obra teatral “Iguaniona”, José Joaquín Pérez y su poema”Fantasías indígenas”,y en nuestro siglo Juan Bosch, Fernández Simó y Marcio Veloz Maggiolo, con cuentos y novelas .
También, en el campo de la música y la pintura su influencia ha sido limitada, empero conservamos como herencias marginales, la maraca, el guiro y el fututo de lamí, así como pinturas, escultura y artesanías etc. Además la herencia taina en el campo de la medicina popular, indudablemente ha sido poco estudiada. Mas en la tradición oral a pesar del tiempo persisten en los dominicanos, leyendas de la Ciguapa, la Jupia y la India del charco, todos ligados a nuestros primeros pobladores, el indio taino, igual que las creencias mágico- religiosas.

Nosotros pensamos junto a otros autores que el sentimiento de hispanidad en el dominicano ha sido mayor que las percepción real de la raza que somos .

A sabiendas “ que los grupos étnicos que proporcionaron el mayor caudal de rasgos y complejo, a la cultura nacional, son el español y el africano, con una evidente e indiscutible prevalencia del primero sobre el segundo a pesar de la opinión de algunos sociólogos e historiadores cuya posición anti- española los lleva a menospreciar la preponderancia hispánica para encumbrar las influencias ejercidas por los esclavos de distintas naciones africanas”.

Los españoles buscaron implantar su forma de vida y los caracteres que habían alcanzado por siglos, en ese sentido el profesor Juan Bosch nos dice que “ España nos trasmitió todo lo que tenia : su lengua ,su arquitectura, su religión, su manera de vestir y de comer, su arte militar y sus instituciones jurídicas y civiles, los ganados y hasta los perros y las gallinas”. Entonces España trajo a Santo Domingo el mayor caudal de sus valores culturales.
La historia dominicana nos ofrece varios momentos de reconexión con la cultura española, la herencia es múltiple en nuestra cultura de hoy, pero donde va a desempeñar el papel máximo es en la poesía popular dominicana como instrumento expresivo y comunicativo, al decir del Dr. Bruno Rosario Candelier “ con la llegada de los españoles, llegaron al país romances y cantares del folclore español junto con otras manifestaciones de la cultura hispana”.

Así mismo el reencuentro con altos valores de la hispanidad, habremos también de experimentarlo los dominicanos, al entrar en contacto con los grupos españoles que emigraron a raíz del triunfo del Franquismo en España y le facilitaron una nueva dimensión a nuestra sociedad tradicional. Esa emigración resulto ser altamente provechosa, pues los resultados podemos buscarlo en la formación educativa de la generación nacida durante la guerra civil española 1939.

La presencia Africana en la cultura dominicana se ha dicho que es periférica y aunque sin dudas existieron y existen elementos culturales de influencia africana muchos autores hispanófilos se niegan ha admitir.

El negro africano llego a América en calidad y/o condición de esclavo y fue precisamente él, quien les brindo al español conquistador, con su trabajo gratuito, las riquezas del continente descubierto. Este fue traído y trasplantado a un hábitat, integrado a una sociedad distinta a la suya y en la que se encontraba en un estado de absoluta subordinación y opresión económica y social, viendo así el negro africano destruida su organización tribal y política, y sus patrones culturales originales.

Ahora bien, este lejos de aceptar pasivamente que se le despojara de su cultura, luchó con enconado esfuerzo y por diversos medios, para preservar inmovibles sus patrones culturales, asumiendo una conducta de resistencia activa mediante la rebelión y la practica del cimarronaje.

Conviene puntualizar que el dueño de esclavos ni las autoridades hicieron gran esfuerzos por demoler hasta su total extinción los valores culturales del negro, solo lo consideraban como factor de producción.
Pienso que la mayor influencia africana en nuestra cultura la podemos encontrar en la música y el baile. La música y danza dominicanas han visto en ellas supervivencias africanas muy arraigadas, aunque los ingredientes europeos que las acompañan permiten que las clasifiquen como neo-africanas.

También, las creencias mágico- religiosas prevalecientes en las capas campesinas y populares dominicana.
Así como un legado culinario propiamente africano a base de método de cocción, hervido, asado a fuego directo o cocinado al vapor etc.

Entiendo que es harto conocido, que ni la cultura indígena, ni la española, ni la africana sobrevivieron enteras en Santo Domingo. Empero creo significativo que los diversos aspecto aquí antes señalados bastaran para probar lo relevante que fue la herencia indígena, española y africana en la cultura dominicana de hoy.
Nos guste o no, estas condicionan nuestro comportamiento y nuestra visión del mundo.
Y es así, como aun pasadas las modalidades culturales y desaparecidas de la superficie del tiempo, será evidente que siempre, para comprender que somos, porque somos, y donde estamos, tendremos primero que entender el pasado que parece frágil e indiferente. Es decir que la concepción de cultura como creación de un destino personal y colectivo han de apoyarse en el pasado , pero sobre todo construyendo el futuro.

























Herencia Cultural Hispánica a la cultura dominicana


Para  hablar concretamente de la herencia cultural hispánica en nuestra sociedad, debemos hacer  un breve esbozo  basado en el origen o formación de la nación dominicana, que data desde finales del siglo XVI, todo ello producto de un sincretismo cultural como consecuencia de múltiples migraciones, en primer rango de aborígenes, seguida de los conquistadores-colonizadores españoles y posteriormente de la llegada a la isla  de negros esclavos.

Esto trajo como resultado una fusión cultural que en el devenir histórico adquiere elementos característicos comunes como: lengua, hábitos, normas y  costumbres, entre otros componentes, dando así origen al actual pueblo dominicano.

A partir del Segundo Viaje del Almirante Cristóbal Colón a nuestra isla en 1493, España utilizando los mecanismos de sometimiento en base a conquista y colonización, impulsa un proceso de   transculturación que en poco tiempo sustituye la cultura autóctona-aborigen.

Impone los modelos socioeconómicos, primero por intermedio de la Factoría Colombina y luego  el de las Encomiendas, basados en la explotación de la fuerza de trabajo de los tainos,  quienes fueron sometidos a pagar tributos en oro y algodón.

Con el agotamiento de la producción aurífera y  la extinción de este grupo étnico,  a principios de las primeras décadas del siglo XVI, implanta el modelo socioeconómico  azucarero sustentado en la trata  negrera y mano de obra esclava, traída básicamente de las costas occidentales de África. Estos se dedicaban  principalmente a las actividades de explotación agrícola, producción azucarera y a oficios domésticos.      

En nuestra isla, durante todo  el proceso de la vida colonial, también, la corona española implantó los modelos económicos  basados en hatos ganaderos e estancias agrícolas; en lo político, sustituye los cacicazgos por división político-administrativa de villas o ciudades; en lo sociocultural, impone   el idioma español, el sistema educativo, el uso  de vestimenta característico de clima templado en clima tropical y la religión católica.

En cuanto a lo artístico, se centra en  una rica y gran  variedad de literatura, arquitectura, pintura y orfebrería, entre otras manifestaciones artísticas. En sentido general, impone el  modo de vida  a estilo español.

Por razones históricas,  los grupos de inmigrantes,  que han hecho mayores aportes  culturales  a nuestra identidad nacional  son los españoles.




















miércoles, 14 de octubre de 2015

Herencia cultural africana de los dominicanos (4to. media)

El folclore se considera como el patrimonio del pueblo, el conjunto de bienes culturales que organizados con forma peculiar actúan en la convivencia del hombre.

El folclore, como conjunto de vivencias, tiene una forma de asimilación no académica, sino por transmisión oral y por imitación. La transmisión del folclore es espontánea, no existe sistematización ni organización en su aprendizaje a no ser la labor recopiladora de investigadores.

Las raíces de la cultura en el Caribe hay que buscarla en la confluencia de la cultura africana, la española e indios. El resultado de la mezcla, selección y creación de los elementos humanos y culturales que convergen en las Antillas. Sus rasgos definitorios irían tomando forma a través de su relación con un medio natural, social y espiritual.

En torno a la cultura afrocaribeña, se hace alusión a las oleadas de individuos de esta comunidad. La primera de ella tiene que ver con los esclavos negros que fueron traídos por los españoles durante la época de la conquista. Hacia fines del Siglo XVI. Aunque la manera en que llegaron los africanos a las Américas haya sido violenta, lo importante es reconocer cómo ellos han enriquecido la cultura Caribeana. En un sentido más amplio, la mayor parte de la música latinoamericana tiene influencia africana.


El análisis de estos aportes de la cultura africana en latinoamerica es muy complejo, pues se calcula que existen en África más de 300 culturas bantúes. Los que fueron traídos al caribe, a cuba y la hespanola en particular, procedían de distintas regiones: Entre ellos se destacan los de la zona más occidental o de la cultura yorubá, los de Nigeria del Sur y Camerún, los de Dahomey, y los del norte de Angola y el sur del Congo, también denominadas culturas congas o carabalí.

La composición social y étnica de algunas Islas del Caribe fue el producto de diferentes grupos étnicos y clases sociales, siendo los españoles el grupo étnico con mayor protagonismo en el proceso de colonización de la isla de la Hispániola, cuba y Puerto Rico, donde impusieron el idioma castellano y la religión católica, a traves de la asimilación forzosa.

Estas importaciones de esclavos nos trajeron lo más rico de nuestra identidad cultural, ya que se mezcló rápidamente con los vestigios de la cultura aborigen, y, porqué no, también se contaminó bastante con las tradiciones españolas de la época, pero en cuanto a lo musical y sobre todo, en cuanto al baile, no cabe duda de que nuestro merengue, la salsa, la mangulina, los palos, fuera de la instrumentación moderna con que hoy se interpretan no tienen origen que buscar en Europa.

Con el arribo a la mayor de las Antillas de la población negra procedente de África, se inició un largo proceso de transculturación y de sincretismo religioso en especialmente en Cuba y algunas regiones de de la Hispanola. Éstos trajeron consigo sus cantos, sus ritmos, sus credos y sus dioses, si bien no les permitieron mantener sus creencias, pues llegar a la colonia y ser entregados a sus dueños, se les bautizaba y se les imponía otros credos religiosos diferentes los suyos.

Estos se reflejos también, en sincretismo cultural católico-africano que desarrollaron los esclavos, debido a la prohibición que los blancos impusieron a la celebración de sus rituales ancestrales. Algunas de esas manifestaciones las encontramos en los novenarios, las velas, los ensalmos, hechicería, mal de ojo, vudú, baquiní, culto a los muertos, nombres y adoración de deidades (luases), culto familiar sin iglesia con altar en las viviendas, etc.

Con la desaparición de la esclavitud y la servidumbre, la población negra procedente de África pudo realizar sus actividades culturales y religiosas más libremente, aunque no desapareció la discriminación oficial, y, además, se mantuvieron ciertos prejuicios raciales que estaban enraizados en parte de la población.


Cultura folklorica  afro-dominicana


El uso del término "afro-dominicano" en el vocabulario popular Quisqueyano ha brillado por su ausencia ya que el patrimonio africano dentro de sus costumbres siempre se ha negado. En cambio se ha adoptado una identificación de cultura y tradición a imagen europea o española. Esta extraordinaria habilidad de negar las influencias africanas reflejadas en aspectos de la vida cotidiana dominicana como en la fisonomía de su gente, su variada gastronomía y las muchas leyendas de folclore, se enfatiza aún con más claridad en la tradición musical del país.

En la República Dominicana la música se manifiesta fuertemente en expresiones religiosas y culturales, siendo las más destacadas los atabales, palos, zarandungas, los congós, las salves, el gagá, los cantos de hacha. Los instrumentos asociados son: tambores, la marimba, la gayumba, etc. Todas estas expresiones tienen como común denominador el ritmo, gran herencia musical africana.

Según el notable folclorista dominicano Fradique Lizardo la expresión africana que mas sobresale en la cultura dominicana se expresa en la música de Palos o Atabales, también llamada Bambula o Quiyombo . Esta tradición musical, mas notable en el área de Villa Mella (sección cercana a la capital) usa en sus ritos religiosos y celebraciones seculares instrumentos mayormente de percusión. Entre ellos sobresale un variado número de tambores.

Otra forma Neo-Africana que existe en el área de Villa Mella es la música de Congos del Espíritu Santo. Esta música asociada con la secta afrocristiana es altamente africana en sus características. Los instrumentos son también tambores que se le dan el mismo nombre de congos. Comúnmente estos tambores son de diferente tamaños, uno mayor que el otro. Este pequeño también es llamado Alcahuete, dado que toca la delantera.

El merengue es un estilo musical y de baile originado en la República Dominicana a fines del siglo XIX. En sus orígenes, ritmo era interpretado con guitarras. Posteriormente las guitarras fueron sustituidas por el acordeón que junto con la güira y la tambora, forman la estructura instrumental del conjunto de merengue típico. Este conjunto, sintetiza las tres culturas que conformaron la idiosincrasia de la cultura dominicana. La influencia europea viene a estar representada por el acordeón, la africana por la tambora (tambor de dos parches), y la taína o aborigen por la güira.

Los Guloyas o Buloyas de San Pedro de Macorís forman parte de la cultura y la historia dominicana y a su vez declarados patrimonio cultural de la humanidad. La historia de su origen habla de que nacen con los descendientes de negros cocolos que inmigraron a la ciudad de San Pedro provenientes de las islas britanicas del caribe y su principal características es que son enmascarados. Sus bailes están llenos de contenido, recreación, sátira, humor y música irradiada de ritmo, cadencia, melodía, lírica, sueños y nostalgias.

Semana Santa es una de las grade celebraciones en República Dominicana: Producto del sincretismo cultural dominico-haitiano, durante los últimos días de la Semana Santa, específicamente de jueves a viernes, se celebra en los bateyes el Gagá, ritual de carácter religioso, que mezcla elementos musicales y danzarios africanos, haitianos y dominicanos.La música Gagá incluye: “dos tambores, cuatro o más bambúes o fututos, una trompeta casera o tua-tuá, maracas o cha-chá, un caracol (lambí) y pitos”.

La palabra Gaga es usada en República Dominicana por los haitianos que practican sus propias celebraciones de Rara; la palabra es un término criollo que se aplica a alguien que no se considera esté en un estado mental"normal". Dentro de esa religiosidad propia. del país, la mágica religiosa del Gagá o el Rará en Haití, sobresale en las zonas de los bateyes y donde existen asentamientos de originarios africanos como en Villa Mella y otros pueblos.

La palabra afro-dominicano, dentro del contexto nacional es una expresión foránea, pues la personas que viven en la República Dominicana, no se identifican con una cultura en particular, ya sea latina o africana, ellos se indetifican en base a su nacionalidad. Los dominicanos, cubanos o puertorriqueños, dentro de un contexto Caribeño, dependiendo de su composición racial, una gran mayoría no se identifica como afro-decendiente, pero tanpoco se identifican como blanco, porque en muchos de los casos, el color de su piel
es el producto de dos razas y elegir una raza en particular, es traicionar los aporte de la otra.

Claro tenemos que admitir, en termino económico y social; actualmente existe una relación entre el color de la piel y la posición económica y política del individuó, donde la mayoría de las personas de piel "clara o blanca" viven en una posición mas privilegiadas, en relación a los de piel oscura o negra, quienes en su mayoría viven en condiciones de pobreza. Estas condiciones de pobreza son un legado histórico, producto del sistema esclavista y discriminatorio al que estuvieron sometida estas poblaciones, como resultado tenemos en el presente, los mismo niveles de desigualdad en la posición de la riqueza entre los diferentes grupos raciales, que existen en la República Dominicana.

La cultura  folclórica popular dominicana es el resultado de tres grupos étnicos diferentes: los españoles nos dieron su lenguaje, sus costumbres y nos impusieron su religión. Los negros africanos, nos dieron el color de la piel y el folclore popular. Los tainos o indígenas nos dejaron la agricultura y el amor por nuestra tierra. Culturas que han sabido vivir en armonía creando y fortaleciendo una identidad propia, más abierta, que se refleja en la idiosincrasia de su gente y en sus manifestaciones culturales y artísticas. En poca palabras, los dominicanos miran hacia España, viven con África y Nunca olvidan a los indígenas.