La
invasión de Estados Unidos a Iraq fue una acción militar para lograr el
control de los recursos petroleros de la nación árabe y para expandir su
posición geoestratégica en el Medio Oriente.
La
intervención militar en Iraq ha sido uno de los objetivos políticos de Estados
Unidos durante 13 años para tomar el control en zonas petroleras y asegurar el
abastecimiento energético de su país, sin importar las muertes.
El
ataque a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001 fue el pretexto
usado por el Gobierno de los Estados Unidos, entonces presidido por George W.
Bush para lanzar la operación de "lucha contra el terrorismo"
que resultó en un guerra civil.
El
real objetivo de la operación militar era tomar el control petróleo en Iraq a
toda costa. A principios de marzo de 2003 se reunieron en islas Azores
(Portugal) los mandatarios de EE.UU., Reino Unido, España y Portugal, para
avisar a Iraq de la invasión y fijar la fecha del inicio del ataque aéreo a
Bagdad (capital).
En
contra de lo proclamado por Washington en 2003, los objetivos de salvar la
región del Gobierno de Sadam Husein y de sus armas químicas, la invasión
norteamericana marcó el comienzo de las turbulencias en el Oriente
Próximo.
¿Qué ganó Estados Unidos en Iraq?
Al
invadir Iraq, Estados Unidos buscaba el control del petróleo iraquí para
brindar una solución a sus problemas económicos, así como fortalecer su presencia
en la zona del Medio Oriente.
Otra
de las razones era la de instaurar un gobierno que respondiera a los intereses
de Washington y sirva de aliado frente a los poderes que realmente le
preocupan y que cada vez toman más peso en el Medio Oriente como Rusia y China.
Analistas han señalado que a pesar de
que el gobierno de Barack Obama ordenó la salida de todos los efectivos de Iraq
en el año 2009, la presencia de fuerzas militares estadounidenses es para
garantizar un gobierno aliado en la región para fortalecer su dominio geopolítico en el Medio Oriente.
Para el representante de la Comisión
Independiente de Derechos Humanos Iraquí, Daham Alazawi "La presencia de Estados Unidos aún es patente. Pese a la salida
del Ejército, ahora actúa como el motor de los procesos políticos en Iraq".
Según él, diferentes organizaciones internacionales e iraquíes han registrado
"miles de violaciones a los Derechos Humanos" durante la ocupación
estadounidense.
Según
el analista internacional Chente Recondo resulta obvio que los países
occidentales no trataban de imponer libertades o valores democráticos, sino que
pretendían hacerse con los recursos naturales de la nación e implantar un líder
en sintonía con los intereses de esos gobiernos.
"Los intereses que había detrás
de la invasión de Iraq en ningún momento eran la defensa de las libertades, la
promulgación de nuevas leyes o la búsqueda de un sistema más justo",
añade. "Lo que, definitivamente, se intentaba con esa maniobra militar era
hacerse con la riqueza del país e intentar colocar al mando a unos dirigentes
que estuvieran en sintonía con estos intereses de las potencias extranjeras",
afirmó el analista.
Estados
Unidos hizo uso de su presencia militar en el país árabe para amenazar a las
naciones y promover la inestabilidad en toda la región en busca de apropiarse
de los recursos minerales y petroleros existentes en el Medio Oriente.
EE.UU
cuenta con los gobiernos Arabia Saudita, Israel, Catar, Kuwait, Jordania como
principales aliados y garantizar un suministro de petróleo confiable.
La política de Estados Unidos en
el Medio Oriente
La
agenda de Estados Unidos para el Medio Oriente está basada en la
implementación en la teoría del llamado “caos constructivo”, concepto que se
desprende de la máxima atribuida al emperador romano Julio César “divide
et impera”, divide y vencerás para lograr la instauración de un campo de
inestabilidad y violencia en la zona y originar un caos que se extendería desde
Líbano, Palestina y Siria a Iraq y desde Irán y Afganistán hasta Pakistán.
La invasión
En
noviembre de 2001 se fijo el objetivo estratégico de la "Guerra contra el
terrorismo" de Bush: Iraq la Administración estadounidense ya
tenía un plan de ataque contra la nación y ese mes su secretario de
Estado Colin Powell, coordinó la invasión militar, y preparó una gran maquinaria
mediática que propició el terreno para iniciar el caos.
El
20 de marzo del 2003 se dio inicio a la invasión con el apoyo militar de
Austria, Polonia y Dinamarca, en principio, para "liberar de la opresión
al pueblo iraquí de Sadam Husein", a quien EE.UU. acusó de promover el
terrorismo.
A
la caída y captura de Sadam Husein en diciembre de 2003 y su muerte el 30
de diciembre del 2006, el número de atentados en el país aumentó siete
veces tan solo en los primeros tres años, siendo Al Qaeda el grupo que se
responsabilizó de los más sangrientos.
Las consecuencias de la invasión
El
informe presentado al Congreso de EE.UU por el inspector especial para la
Reconstrucción de Irak, Stuart Bowen en el año 2012 indicó que los sesenta mil
millones gastados durante la ocupación norteamericana, no condujeron a cambios
positivos considerables en ese país. "El dinero se fue como el agua en la
arena", dijo Bowen.
En
octubre de 2013 la revista PLoS Medicine' publicó un estudio llevado a cabo por
Amy Hagopian en el cual sostiene que la cifra total de muertos durante la
invasión a Iraq ascendió a 460 mil 800 personas.
Según
Hagopin 405 mil de los fallecidos (60 por ciento) fueron a causa de los
combates, como en los atentados terroristas y otro 40 por ciento , debido
al colapso del sistema de sanidad y de las infraestructuras que mantenían el
agua potable, la alimentación, el transporte, la gestión de residuos y la
energía.
Los
norteamericanos perdieron a 4 mil 486 soldados y más de 30 mil resultaron
heridos y, respecto al plano financiero, se estima que gastaron 3 billones de
dólares durante la invasión.
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